sábado, 7 de septiembre de 2013

La economía española de 1986 y su entrada en la CEE

Cuando España decidió incorporarse a la Comunidad Económica Europea (CEE) como miembro de pleno derecho, abrió un proceso para el país de incorporación inmediata de aquellas disposiciones comunitarias de obligado cumplimiento. Así fue cuando, el 1 de enero de 1986, España se convirtió en uno más, por lo que "se abrió un período de transición en el curso del que, paulatinamente, entrarán en vigor en España las normas por las que se rige el espacio económico de la Comunidad, ahora también el nuestro".

Así lo describe el escritor y economista Daniel de Busturia en su artículo La transición, dentro del primer número de la revista Futuro, una publicación económica que nace en abril de 1986. Dice de Busturia que, a partir de entonces, viviríamos "un período transitorio no pactado ni previsto" con modificaciones de parcelas importantes del ordenamiento jurídico español que entraron en vigor en esa fecha".


Esta transición de la que se habla es una fase "pactada", que puso en marcha una dinámica "de esfuerzo individual, porque el concepto de transición presupone la noción de 'movimiento hacia', de esfuerzo para adaptarse a un escenario muy concreto y cuyos parámetros, lejos de ser difusos, se encuentran perfectamente definidos por normas comunitarias que rigen el escenario".

Según asegura el escritor y economista, la transición es "dinámica, de esfuerzo de adaptación y plazo para aplicar estrategias de respuesta, de beneficio y de defensa ante el proceso de liberalización económica". De Busturia es consciente de que en la España de los años 80 aún faltan "piezas por colocar, ya que hay que reemplazar piezas españolas por comunitarias en el enorme rompecabezas sobre el que España ha comenzado a trabajar".

Los españoles vivieron entonces una etapa de "desconcierto, público y privado", en la que los ciudadanos tienen "la sensación del recurso como solución al Estado/providencia". Afirma de Busturia que la adhesión a la CEE será "un fracaso estruendoso" si cada responsable industrial o agrícola proyecta sobre el Gobierno la espera de soluciones milagrosas". Porque toda evolución económica requiere de unos años de espera, de una transición, como bien escribe el economista.

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